Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Reencuentros

12 de mayo de 2021

Saltaron por los aires los cierres perimetrales, los confinamientos y se deshicieron los nudos que nos tenían atados al territorio autonómico sin poder traspasar las fronteras que nos unen al vecino más próximo. Este rompan filas ciudadano desembocó en el nada ejemplar comportamiento de unos miles de irresponsables que confundieron la vuelta a una normalidad marcada por la prudencia con la exaltación del botellón y la apología de la borrachera urbana.

Junto a ésta poco edificante imagen está la otra cara de la moneda. La que permite a partir de ahora la oportunidad de rescatar los reencuentros con las personas queridas y recobrar el lado intimista y emotivo de la vida, el que nos encoge el corazón y nos devuelve la alegría por la recuperación de unos afectos, de unos amores, de unas añoranzas que el tiempo y la distancia habían enfriado o pasado por el tamiz de la tibieza y del desánimo.

Que placer volver al cara a cara efusivo con el familiar al que no veías desde hace meses y fundirte con él en las confidencias y los abrazos. Y mirarte otra vez en los ojos de ésa madre cuyo brillo alumbró tu existencia y nunca se apagó de la distancia y del tiempo perdido. Y reencontrarte con el amigo de tantos años y tantísimos recuerdos de juventud al que has estado unidos por lazos sólidos que nada puede romper.

La pandemia nos ha marcado y alejado de los que nos quieren y queremos. Ha habido mucha comunicación virtual, mucho móvil, mucho mensaje. Pero nada es comparable al calor humano, al lenguaje de la mirada que tienes delante y que lo dice todo, al corazón que late tan disparatado como el de la persona que esta frente a ti, a las palabras que nacen de lo más profundo del alma y que dedicas al ser que tanto has echado de menos. Es la música celestial de los reencuentros, el retorno a la efusión perdida.