Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

José Vicente Serneguet en la memoria

23 de abril de 2025

Han pasado unos pocos días desde que recibimos la noticia y no acabamos de aceptarla. Nos pilló tan de sorpresa como nos conmovió por su inesperada brutalidad. José Vicente Serneguet nos había dicho adiós cuando nada hacía prever tan sorprendente despedida. En fechas recientes estuvimos con él en EXPOJOC. Nos dimos un cálido abrazo, conversamos y fuimos receptores de su campechanía, su cordialidad y su buen humor que nunca le abandonaba.

José Vicente era grande en todo. En estatura, en humanidad y en un sentido vitalista que constituía uno de los rasgos de su personalidad. Fué una persona extraordinariamente comprometida: con su familia, con sus hermanos Fernando y Luis, junto a los cuales levantó un pequeño imperio formado por siete salas de bingos y con EJUVA, asociación que en su día lideró y de la que era en la actualidad vicepresidente, siguiendo la estela de su padre, Vicente Serneguet, que formó parte de las primeras directivas de la entidad.

La biografía empresarial de José Vicente es la de un emprendedor que no se arredra ante las dificultades y que aspira a ir creciendo. Su trayectoria en el bingo así lo denota dejando cumplida constancia de un proceso de expansión progresiva que fue dando sus frutos mediante la adquisición de varias salas en las que supo imprimir el ambiente cálido y hospitalario propio de la familia Serneguet.

Al margen de mi último encuentro con motivo de EXPOJOC tuve la oportunidad de charlar largo y tendido con José Vicente al estrenar la reforma del Bingo EXTREMEÑO del que se sentía legítimamente orgulloso por ser el local erigido en principal bandera de la compañía. No regateó medios para conseguirlo y el acierto le acompañó en la iniciativa.

Afirmé anteriormente que José Vicente era grande en todo. Y también hacía valer ésa condición por su sencillez, por su huir de cualquier gesto ostentoso, por su tener los pies en la tierra y saber comportarse como un hombre cabal que sabe responder a la llamada de sus amigos. De ello damos fé en SECTOR DEL JUEGO que tuvimos con él una relación esporádica pero afectiva y de las que calan en lo más íntimo. Su muerte, cuando tenía un futuro levantado a fuerza de trabajo, es una putada de las gordas, tan injusta como inmerecida. Nos queda grabada en la memoria su última sonrisa y el abrazo postrero que nunca seremos capaces de olvidar. Se nos marchó un tipo afable, sencillo y de corazón abierto al que evocamos con sincera emoción.