¿ De que escribo hoy ? Es la pregunta que me hago porque estoy como literalmente se dice en blanco, en sintonía con un sector del juego que únicamente registra penalizaciones en forma de cierres, actividad ralentizada si la hay, duchas de agua helada por parte de algunas administraciones a las que la pandemia les ha venido pintiparada para seguir testificando su inquina hacia el juego de la que incluso hacen alarde.
Los operadores no están blancos, lo suyo es más bien estar sin blanca por largos períodos de inactividad, por órdenes y contraórdenes que marean a los empresarios y retraen al personal, un personal cada día más temeroso que procura salir de casa lo imprescindible y que por tanto tiene muy contraídos sus niveles de gasto. Si el juego recibe los mayores castigos en forma de semiparálisis o parálisis total ya me dirán el estado de ánimo de los empresarios del sector, cansados de ser junto a la hostelería los malos de ésta película de terror de la que todos somos figurantes y de la que no se acierta a vislumbrar el final.
Uno se queda mentalmente en blanco cuando el escenario cotidiano es de un gris sombrío, cuando se percata de la incapacidad política para sacar esto adelante, cuando es consciente de la impotencia sectorial ante tanto desafuero administrativo y tanta mentira repetida sin el menor de los empachos. Habrá que sacar fuerzas de donde sea y pelear lo indecible para otear en la distancia ése verde de los campos que anticipa el florecer de los frutos y de la vida. Que se cumpla éste deseo cuanto antes.