Esa es la pregunta que se formulan todos los subsectores del juego privado ante la actitud y los hechos que viene protagonizando el ejecutivo que preside Alfonso Fernández Mañueco. Lo que choca y no acaba de entenderse es que sea un gobierno liderado por Mañueco el que está abandonando al juego cuando la Junta nunca dispensó al sector semejante tratamiento y mucho menos quién hoy ostenta su máxima responsabilidad que en su día se mostró muy receptivo respecto a la problemática del juego.
La postura de la Junta de Castilla y León con el sector durante todo el largo proceso de la pandemia está siendo tan injusta y desconsiderada como inexplicable. Hasta el extremo de ser la Comunidad que está en el furgón de cola en materia de atención y ayuda al sector. Y contando con un director general que es la antítesis de su antecesor en cuanto a diálogo y aportación de soluciones. Un responsable de la actividad que escucha antes a los representantes de fuera del territorio que a los de casa. Este es un dato más que explica la desorientación en que esta sumido el empresariado de la Comunidad.
¿ A que obedece éste cambio tan drástico de la Junta de Castilla y León para con el juego ? ¿ Es la influencia de los socios de gobierno del PP el causante de la transformación operada ? Si esto fuera así denotaría una sumisión absolutamente inaceptable de los populares hacia directrices meramente ideológicas que ponen en entredicho la normal relación que hasta ahora venía manteniendo la Administración con el sector.
Pasar del día a la noche como está haciendo la Junta con el juego, hasta el extremo de someterlo a la marginación, puede ocasionar daños gravísimos al sector, máxime en unas circunstancias como las actuales en las que la mayoría de empresas están en situación de riesgo evidente o abocadas a la desaparición. O se modifica el rumbo de manera drástica o la Junta de Alfonso Fernández Mañueco se convertirá en la estranguladora económica del juego. Y entonces habrá que decirle a su presidente aquello de “quien te ha visto y quien te ve…”