Trabajo sectorial en común es una de las mesas redondas del FEMARA OPEN FORUM que comienza mañana. Y es un tema del que vengo oyendo y escribiendo desde los albores del juego y su legalización. Que la propuesta unitaria para trabajar conjuntamente sobre determinadas iniciativas o para atajar problemas sería conveniente es algo de sentido práctico que podría dar sus frutos. Que pueda cristalizar en algo serio y realizable es otro cantar. Y no hay más que echar la vista atrás para evocar fracasos sonados en cierres de filas entre los distintos subsectores o varios de ellos que no llegaron a ningún puerto.
Conviene apelar al realismo y no dejarse seducir por propósitos unitarios o de máxima colaboración entre subsectores que luego desembocan en pura ficción. El ejemplo de ésta manifiesta imposibilidad lo tenemos en los mismos subsectores en sus desarrollos individuales donde en más ocasiones de las requeridas la dispersidad empresarial o asociativa se acentúa y se hacen costosos los acuerdos y profundas las divergencias.
Si ésa circunstancia abunda en un subsector y la complejidad para lograr pactos es manifiesta, ¿qué cabe esperar de un reagrupamiento sectorial en el que, dígase lo que se quiera, confluyen intereses divergentes en no pocos casos? Pues que el devenir de los hechos nos enseña que todo finaliza con buenos propósitos, exposiciones grandilocuentes e invitaciones de trabajo u objetivos en común que terminan como empezaron. En meras palabras.