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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Los empresarios, ¿no cuentan?

2 de marzo de 2020
Son diversas las administraciones autonómicas que al hilo de la psicosis creada en torno al juego promueven acciones formativas para tratar de combatir la ludopatía. Un problema que no es, ni mucho menos, de la magnitud que se nos quiere hacer creer pero que está calando en la sociedad.
 
Para llevar a cabo iniciativas de ésta naturaleza algunas administraciones cuentan, en primer lugar y como sujetos protagonistas, a las asociaciones o federaciones de rehabilitados, que ahora más que nunca se erigen en los adalides de las campañas emprendidas. Participando de paso de subvenciones o ayudas económicas que engrasan convenientemente las ruedas sobre las que circulan sus aparatos de difusión y propaganda- Y que en las actuales circunstancias están adquiriendo el máximo relieve y recibiendo los mayores apoyos, además de sus buenos euros, de determinadas administraciones.
 
Nos parece bien que se riegue el jardín de los jugadores rehabilitados con donaciones y demás prebendas. Que se cuente con ellos por su experiencia para abordar el tema de las ludopatías. Pero tan calurosa acogida a éstas entidades por parte de los poderes públicos no significa que se ignore a los empresarios. Que también saben lo suyo sobre el tema y han dado muestras más que sobradas de su sentido de la responsabilidad y su afán de colaboración. Marginarlos y dar preponderancia a los rehabilitados es un ejercicio político más de desconsideración y desdén hacia el empresariado. Tan injusto como inadmisible.