Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

De vómito

5 de diciembre de 2019

Perdí unos minutos de tiempo viendo la toma de posesión de los señores diputados en el Congreso. Más allá de las gilipolleces que se dijeron, que fueron múltiples y propias en la mayoría de los casos de gentes con frágiles entendederas, lo que más me irritó de la sesión fue lo muy pagados de sí mismos que se sienten éstos tipos, muchos de los cuales no han trabajado en su puñetera vida y se gastan una suficiencia de no te menees. Se esponjan éstos tíos delante de las alcachofas televisivas, recitan de carrerilla cuatro imbecilidades y se sienten los amos del cotarro. Y la ciudadanía asiste, entre resignada o enfurecida, a un espectáculo deprimente políticamente.

Volviendo a la estampa del Congreso allí estaban los principales artífices de las campañas azuzadas contra el juego. Los que maltratan a su servicio doméstico hasta la humillación; los que no los dan de alta en la seguridad social; los que en materia de despidos se acogen a la reforma laboral de la que abominan. Desfilaron por los pasillos con su indisimulada arrogancia, con sus aires de suficiencia, con sus gestos de perdonavidas cuando se les incomoda con preguntas o interpelaciones que no les gustan.

Las imágenes del Congreso constituyente pusieron de manifiesto hasta que extremo un país puede autodegradarse políticamente. Y en cuanto a los rojelios antijuego sólo cabe una frase: de vómito.