Si en el sector pronuncias el nombre de Cristina, así y sin más añadidos identificativos, sobran las pistas para saber de quién estamos hablando. Porque hay personas, pertenecientes a muy distintos ámbitos, cuyo sólo apelativo es sinónimo de reconocimiento porque implica tras de sí un trabajo, un protagonismos, una labor destacada y brillante.
Por los antecedentes expuestos no me cabe la menor duda de que los lectores saben que me estoy refiriendo a Cristina García, abogada y profesional de largo y notable recorrido en la industria del juego, donde ha dado pruebas de su capacidad jurídica y, muy particularmente, de su dominio de los códigos sectoriales, de las entretelas de las regulaciones. En el organigrama directivo de ZITRO Cristina ocupa un puesto importante. Y más allá de ése cometido está su función como alma del CLUB DE CONVERGENTES, del que ha sido una de las principales impulsoras desde un secretariado general al que aporta experiencia, rigor y comedimiento.
Durante la última reunión del CLUB se puso sobre la mesa la imperiosa necesidad de diseñar una política didáctica destinada a trasladar a los nuevos representantes de las administraciones y a la sociedad en general la auténtica realidad sectorial. Sin manipulaciones ni prejuicios. Y ésa es labor que Cristina García viene ejercitando desde mucho tiempo atrás. Manteniendo un diálogo fluido con los reguladores y estamentos de las administraciones, acercando el verdadero rostro del sector a los centros de poder. En ése terreno lleva ventaja. Lo que sin duda repercutirá positivamente en la política del CLUB. Que tiene el alma de Cristina.
