La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) es una entidad que realiza una positiva labor social en beneficio de las personas discapacitadas, en particular invidentes. Fue fundada por Ramón Serrano Suñer, falangista y cuñado de Franco, que por lo visto con ésta obra alguna cosa buena hizo, aunque no siente bien el decirlo. Porque la ONCE, no queramos reescribir la historia y esto también es memoria, pero memoria de la fetén, nació y se hizo mayor por decisión del general Franco.
El proteccionismo franquista a la ONCE se ha mantenido y acrecentado a través de los años y los sucesivos gobiernos democráticos. Y la ONCE, la beatífica, protectora y virginal ONCE tuvo una época en la que le sobraba el dinero para comprar hoteles, periódicos, cadenas de radio y televisión. ¿Se acuerdan del patrón de Telecinco, don Miguel Durán, en las tertulias humorísticas junto a Tip, Ussía, Chumy Chumez, Mingote, Coll y compañía? Era su época dorada, donde la ONCE especulaba, influía y ejercía funciones de grupo de presión.
Nada se dijo entonces del papel poco edificante de la ONCE. Ni se dice hoy del rasca que crea adicción, ni de los contratos abusivos con sus vendedores, ni de sus condiciones de trabajo, ni de sus millonarias campañas de publicidad. En la ONCE, para los medios informativos, todo es buenismo, cántico solidario, beatitud y dulzura. Lo que testifica que vivimos en una sociedad asquerosamente hipócrita.
