A Punt, la televisión autonómica valenciana que sustituye a la defenestrada Canal Nou, alardea de ser el primer canal que veta la publicidad del juego. Y dice que ha tomado la decisión para preservar una serie de principios y valores que los medios públicos deben reforzar.
Me parece estupendo que la televisión valenciana se esfuerce al máximo en la defensa de unos principios y valores. Lo que me gustaría es que ése celo en prohibir la publicidad del juego, del que tanto se vanagloria, ésa pulcritud por mantener una línea de conducta no acabara, simplemente, en el juego. Y se hiciera extensible a otras parcelas de su función informativa. Donde el principio de igualdad se quiebra en el plano político, en el que la cadena autonómica se muestra como un simple vocero de los que mandan, o sea PSV y Compromís, por cierto muy afanados ambos en frenar el desarrollo del juego privado. ¿ Porqué en éste ámbito tan delicado y necesitado de que sean respetados unos principios de ecuanimidad se obvian sistemáticamente determinados valores?.
La situación que denunciamos, de una tele usada como herramienta propagandística del partido o partidos en el poder, tiene su fiel reflejo en que Á Punt es la cadena autonómica con más baja audiencia. La ven unos cientos de espectadores que se aburren de lo lindo. Pero eso sí: renuncian a sus ingresos por publicidad del juego por su moralidad extrema. Ojito, sólo con el juego. Porque inmoralidad informativa acumulan la tira.
