Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Paisaje sombrío en Valencia

11 de febrero de 2019

Valencia es la tierra de la luz pero en lo tocante al juego el paisaje es más bien sombrío y no digo negro para que no me llamen cenizo. La incomodidad y el malestar de los empresarios del sector, aunque no lo digan y se muerdan la lengua, viene de lejos. Porque el diálogo con la administración no es lo fluido y eficaz que debiera, porque las tramitaciones se eternizan y porque falla la sintonía entre los interlocutores. Y en éste sentido que unos y otros reflexionen y analicen las causas del distanciamiento entre la administración y sus contribuyentes.

Si el panorama hasta ahora era de gris tirando a oscuro lo que viene, con la ley, las enmiendas y las paridas de los municipios de por medio anticipan que nos metemos de lleno en el negro. La realidad, por lo que hay actualmente y por lo que puede venir, es absolutamente desesperanzadora para los empresarios, que comprueban que no sólo están estancados en cuanto a la evolución de sus negocios sino que las medidas que están cocinándose prometen agravar una gestión económica más que preocupante.

El juego, como cualquier otra actividad, pero más ésta por depender en todo de la administración, reclama de sus representantes una cierta dosis de sensibilidad, una identificación con sus problemas amplia y desprovista de prejuicios, un estar con el juego y no dar la sensación de aguantarlo por obligación. Cuando éstas circunstancias no concurren sucede lo de Valencia: aquí no hay luz que valga para el juego y sólo pinta negro. Qué triste resulta confesarlo.