Decía González Gago que en el caso de los salones “se ha producido un incendio y hay gente echando gasolina”, y expresaba su miedo ante la situación. Y remataba la faena Fernando Prats declarando que “el sector se está quemando y el incendio amenaza con arrasarlo todo, y hay que cambiar el sentido de la opinión pública porque si el tema sigue así acabará destrozando al sector.”
Coincido con los dos, que son personajes que no se muerden la lengua y al que el juego les debe lo suyo. Y no han tenido, ni tienen, el reconocimiento que merecen, porque en cuanto a gratitudes somos más bien cicateros. Y ahí incluyo a todo quisque.
Pero vayamos al grano. Las palabras de Prats y Gago están teñidas de realismo. Si bien la solución aparece harto complicada. ¿ Como se modifica la opinión pública y se apaga el incendio ? El asunto es de difícil resolución con unas asociaciones empresariales timoratas, acomplejadas e incluso enfrentadas entre sí. Que se muestran incapaces de levantar un poco la cabeza y elevar la voz. Que no se han sacudido todavía su trasnochado complejo de inferioridad. Y si a esto unimos la actitud de algunas administraciones, que las hay y no quiero señalar, nada proclives no ya a la defensa del juego, que sería pedir demasiado, sino a informar sobre su realidad. ¿
Como se apaga el juego con las bombas de agua bastante obstruidas ? Esta es la cuestión y de ella se deriva la no solución.