Madrugar, ponerse muy temprano a trabajar y robarle tiempo al tiempo. Tener el sentido de la anticipación en permanente estado de alerta. Y poseer una fe ciega en las propias posibilidades para abrirse camino en la dura lucha empresarial.
Estas son algunas de las coordenadas que han fijado a lo largo de más de medio siglo el rumbo de R. FRANCO como empresa puntera del juego español. Los hermanos Franco; Joaquín, de recuerdo indeleble entre quienes le tratamos y quisimos, y Jesús, que se ha quedado como Gary Cooper sólo ante el peligro con una fuerza que asombra, son un exponente de ése levantarse antes que nadie para entregarse a la tarea de la obra bien hecha y conquistar la cima del éxito, que en su haber son legión.
Empieza el nuevo curso después del verano y apenas aterrizados FRANCO ya nos sorprende con una llamada anunciando novedades, exhibiendo nervio creativo, prometiendo seguir dejando constancia de que le sobran argumentos y genio e ingenio para continuar rubricando una ejecutoria empresarial ejemplar con sentido de la anticipación incluido. El mensaje queda claro: FRANCO vuelve cargado de propuestas del lugar que nunca, nunca, se fue.