Fernando Prats, valenciano de Cheste que ejerce como tal, es un regulador verbalmente atrevido, que no elude los temas comprometidos de los que habla sin morderse la lengua y sobre los que dice lo que piensa. Vamos, que no se anda con circunloquios y es de los que coge el toro, por avieso que sea, por los cuernos.
En Valencia y con motivo de EXPOJOC conversé con Fernando Prats de los salones y de la campaña desplegada por la prensa generalista en Madrid respecto al asunto. Campaña que no ha nacido por generación espontánea y que él intuye, y yo confirmo, que proviene de fuego amigo. Han sido filtraciones interesadas las que han abierto la veda para hacer del asunto motivo de escándalo y sembrar la alarma social. Y estimular la violencia de grupos extremistas que amenazan con expulsar a los salones de sus barrios.
Prats subió a la tribuna de EXPOJOC y aludió a la ofensiva promovida contra los salones de Madrid. Y ante la situación creada por las desinformaciones que algunos medios están divulgando sobre los salones y los males bíblicos que se desprenden de su funcionamiento advirtió a los empresarios del subsector: Es imprescindible extremar las medidas de control de los establecimientos. No puede cometerse ningún descuido sobre el acceso de menores o prohibidos a sus locales. Porque en caso de hacerlo significaría el suicidio del subsector. Y pienso que no exagera.
Por ése lado se perpetraría un suicidio. Pero también están jugando a la ruleta rusa los que por intereses bastardos y celos competenciales han contribuido a incendiar la mecha del escándalo periodístico. Que tantísimo daño está haciendo.