El FORO DEL BINGO de Logroño ha salido redondo. Con presencia institucional de peso y respaldo sectorial del empresariado. Tributos de La Rioja se ha marcado un tanto de muchos kilates merced al entusiasmo y compromiso personal de Cristina Bella. El resumen que puede hacerse de la jornada es que se alcanzaron plenamente los objetivos fijados. Pero eso fue ayer, que ya es pasado. Ahora lo que importa es el mañana que tenemos encima, el futuro que está a la vuelta de la esquina. Y convendría que el sector, además de autoaplaudirse, hiciera autocrítica: ¿Se quedará todo en un viva a Cartagena?.
Es altamente positiva la cosecha recogida en Logroño. Porque una mayoría de reguladores han tomado conciencia de las necesidades y aspiraciones más perentorias del bingo español. Plasmadas en unas conclusiones que son la brújula que deben de orientar los pasos del sector. Y ahí es donde radica el trabajo pendiente. En hacer seguimiento de las directrices de evolución marcadas para ir configurando el futuro que se persigue. En estimular en ése sentido la interlocución con las administraciones. En persistir en la consecución de unos logros normativos que son perfectamente alcanzables. Y que hay que convencer a los reguladores de que lo son.
Todo menos quedarse en la autocomplacencia. En el oropel del éxito que será circunstancial si no se aprovechan sus resultados. Por ello se impone ir más allá del viva Cartagena y poner manos a la obra al trabajo constante y tozudo. En resto vendrá dado.