Un puñado de independentistas han tomado al asalto la plaza de Cataluña, uno de los símbolos urbanos de Barcelona. Y anuncian a todo trapo una pachanga republicana consistente en música, poesía, ruído, vermut, cine y ¡bingo!. Pero no se lo pierdan; jugarán a lo que se conoce como bingo con el matiz de hacerlo al más puro estilo catalán. Que no acierto a predecir como será pero que supongo sorprenderá por su modernidad y catalanidad.
El disparate independentista ha traspasado las barreras del delirio para instalarse en un universo cerrado, ajeno a cualquier mensaje exterior, trufado de mentiras y fanatismo, que se alimenta del odio a España. No hay que jugar al bingo que se juega en el resto de España, y también en Cataluña, hay que hacerlo con acento catalán. Que como no podía ser de otra manera sonará mejor a los oídos.
A todo esto doña Ada Colau estará feliz de ver la plaza Cataluña convertida en un campamento indio, por lo que hacen el indio los tipos que la ocupan, que son de su cuerda. De los okupas digo.
Una panda de iluminados han llevado a Cataluña al peor de los escenarios: el de fractura social, la toma de la calle, el desprecio a las leyes, el pensamiento único y el odio al que no piensa como ellos. Y como remate de tanta locura ahora salen con el bingo al estilo catalán. Hay muchos psiquiatras con consulta abierta: que se pongan a la cola y pidan número.