Me llama un empresario, de ésos que dan fuste y carácter al juego español para decirme: “Oye, que a mí nadie me marea. Que no faltaré como lo vengo haciendo desde el primer día a la cita de EXPOJOC. Que estoy a gusto, Valencia me funciona y me facilita al máximo las cosas para sentirme en la feria como en mi propia casa. Y además siempre cuento con la actitud receptiva de José Ignacio que me solventa cualquier incidencia y sabe facilitar las cosas”.
La conversación me satisface. Porque su contenido responde en esencia al pensamiento que anida en el noventa por ciento de fabricantes, comerciantes y distribuidores que acuden a EXPOJOC desde su primera convocatoria. Que entonces no fueron muchos pero a la vista de lo acontecido aumentaron de manera progresiva y no han fallado a ninguna de las convocatorias hechas por José Ignacio Ferrer, padre de la idea y cuidador de la criatura.
Así han transcurrido seis años. Con EXPOJOC alzándose cada vez un poco más, como árbol que echa raíces y del que nacen buenos frutos. Siendo un escenario abierto a los productos y generador de propuestas innovadoras. Y sabiendo ganarse la confianza del juego a base de esfuerzo organizativo y de poner por delante el interés de los expositores.
Con semejantes antecedentes no es extraño que la mayoría de firmas o la casi totalidad que han vivido EXPOJOC sigan fieles al certamen. Y que a la muestra se sumen otras nuevas que también repetirán.