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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Madurez empresarial del juego

22 de mayo de 2017

En el próximo número impreso de SECTOR publicamos una entrevista con Ramón Penadés, presidente de Famacasman, la federación de Castilla La Mancha que aglutina a las asociaciones de operadores del recreativo y que el 8 de junio celebrará en Toledo su 25 aniversario.

Buena noticia ésta de las bodas de plata de una federación que, en palabras de su presidente, ha sabido mantener vivo el espíritu unitario durante un cuarto de siglo y se ha ganado con ello el respeto de la administración autonómica.

Este viene a ser un ejemplo ilustrativo más de la madurez alcanzada por la industria española del juego. Tanto desde la perspectiva asociativa como empresarial. Las federaciones y asociaciones sectoriales vienen desplegando desde los inicios de la actividad una labor de primer orden como interlocutoras ante la administración de la defensa de los intereses generales. Y en ése sentido con el paso de los años han ido desprendiéndose de tics, de acomplejamientos, de miedos y sumisiones frente al órgano regulador que, en una primera época acoquinaba a los representantes asociativos, y hace tiempo que sostiene las relaciones en un plano de diálogo y propensión al entendimiento. Si bien todavía persisten algunos ramalazos de autoritarismo o desconsideración hacia el juego propios de la doble moral que suele aplicarse a la actividad.

Al margen de éstas disonancias, que afortunadamente menguan en idéntica medida en que el juego gana respetabilidad empresarial, el asociacionismo del sector viene a ser una prueba palpable del avance experimentado en cuanto a recursos, medios y capacidad de interlocución. Y en seriedad y argumentos llegado el momento de exponer sus reivindicaciones y diagnosticar sus problemas. Por todo ello el juego tiene un puesto, no lo relevante que debiera y ahí todavía hay que trabajar en imagen y peso específico, en la gran patronal española. Y concluyo para decir que aniversarios como el de Famacasman merecen celebrarse porque son sinónimo de trabajo y seriedad al servicio de una idea empresarial. La del negocio del juego que las tiene y que son tremendamente imaginativas.