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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

56.000 empleos de una tacada

5 de abril de 2017

La fantasía y la fabulación están en la literatura, en el cine y en otras expresiones artísticas. Y son un producto surgido de la imaginación que vuela, del genio creador , de la capacidad para urdir historias maravillosas.

También en el universo más prosaico de los negocios suele venderse la fantasía. Envuelta en el celofán de una trasparencia irreal se comercializa con absoluta desfachatez y suele colar en una sociedad con enormes tragaderas. En el marketing de los megaproyectos, de las inversiones multimillonarias, se detecta en ocasiones mucho humo que suele poner sobre aviso a los que no quieren salir escaldados.

Los americanos de Cordish, los del proyecto de las Torres de la Alameda para Madrid, se muestran tozudos e insisten en levantar su complejo de ocio, hostelería y juego. Además de los 600 milloncetes de euros que aseguran traer en la chequera para empezar con el asunto avanzan otro dato mareante: van a crear 56.000 puestos de trabajo de una tacada. Una cifra como para caer rendidos a los pies de éstos caballeros que, como auténticos americanos, suelen hacer las cosas a lo grande.

Habrá que ir pensando en visitar con la máxima celeridad la realización diseñada por Cordish para Madrid cuando esté culminada. Porque, de acuerdo con la información anticipada, los servicios serán de siete estrellas para arriba. 56.000 empleos dan de sí lo suficiente para disponer de centenares y centenares de camareros, ayudantes, chefs de cocina, cocineros, marmitones, pinches valets de chambre, dependientes, mayordomos, camareras de piso, conserjes, recepcionistas, relaciones públicas, oficinistas, jardineros, porteros y auxiliares. No quiero seguir con la retahíla de trabajos disponibles pero, seguro, que habrá a barullo. 56.000 es un número mareante y cautivador y hay que preparar curriculums a granel, que nadie nos gane la mano.

Desde bien chico me gustaron los cuentos, la fábula que te hace soñar con mundos idílicos en los que hasta lo más impensable es posible. Lo que me gusta menos es que en el ámbito de los negocios se juegue con la fantasía para vender la mercancía deseada. Porque eso ya no es fabular: se llama tomar el pelo, estafar. 56.000 empleos de una tacada para el proyecto del que tenemos noticias más bien difusas son algo así como el cuento de la lechera en versión Hollywood, que siempre vende.