Pedro Marchan, uno de los empresarios representativos del asociacionismo madrileño del bingo, ha dejado su cargo en ASEJU y ha dicho adiós al sector vendiendo la última de sus salas. Desempeñó el cargo de tesorero por espacio de diecisiete años y fue uno de los puntales en los que se apoyó desde su acceso a la presidencia José Luis de Pedro, que se rodeó de un núcleo formado por el desaparecido José Luis Palmero, Joaquín Martín, Ignacio Colodro y Marchan, y con José Luis Merino como atento vigía del acontecer cotidiano.
Cuando se produjo la escisión de ASEJU, que abandonaron Carlos Castillo , Rafael López y Manuel Albedro para crear OMEGA, y asumió Alejandro Colubi el timón de la asociación tuve en principio con sus directivos unas relaciones difíciles. Que pronto entraron en el terreno de la normalidad al imponerse la sensatez y esfumarse malos entendidos. Entre quienes apostaban por la voluntad de entenderse siempre estuvo Pedro Marchan, un tipo discreto, nada figurón y presto a laborar en las tareas asociativas a las que a lo largo de muchos años ha dedicado muchos y notables servicios.
Pedro Marchan, simboliza en su persona y en su función directiva en ASEJU, la figura de ésos empresarios poco amigos de los focos y nada dados a la notoriedad pública pero cuya aportación asociativa resulta del todo punto esencial. Sin estridencias, sin hacer ruido y apartándose por decisión propia de la primera línea, tipos como Pedro Marchan han contribuido a forjar el día a día del asociacionismo del bingo. Y en ése sentido Pedro ha sabido ganarse, con extremado tacto y sencillez, el reconocimiento y la gratitud de ASEJU por lo mucho que le ha dado en trabajo e inquebrantable fidelidad asociativa.