Navarra está elaborando un borrador de reglamento integral del juego. Es la noticia que dábamos ayer y que denota que las administraciones, aunque quizás no con la celeridad requerida, están modificando posiciones. Apuestan por un tratamiento diferenciado del juego, eliminando rigideces y decantándose por criterios más flexibles y unificadores. Son conscientes, en definitiva, que resulta ineludible bajar el freno de mano y poner una marcha que ayude a la circulación fluida de la actividad.
Entre los propósitos del borrador de Navarra figura ampliar el concepto de establecimientos de juego, siguiendo la senda abierta por Castilla La Mancha que ha despertado el interés de otros territorios por lo que entraña de novedoso y de condensación de la oferta.
El modelo de Castilla La Mancha es innovador y está pensado con espíritu liberalizador. Puede ser perfectamente exportable a Navarra, dada la configuración actual de su oferta, pero es más que problemático que pueda cuajar en otros territorios en los que existen unos derechos adquiridos por subsectores concretos, en éste caso casinos, que de entrada no pueden ser violentados.
La pauta establecida por Castilla La Mancha, sea o no aplicable en otras Comunidades, refleja un hecho positivo: El convencimiento de la Administración de que hay que soltar lastre regulador, hay que podar reglamentos e ir a leyes integrales que saquen del estancamiento a los distintos subsectores y propicien que sus empresas se desenvuelvan sin plomo en las alas, más ligeras y por tanto en condiciones de volar más alto y hasta, si les dejan, tocar el cielo.
