Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

La CEJ hoy

14 de diciembre de 2016

Tengo amigos que me han animado a escribir la crónica general de CEJ. Mi oficio periodístico me ha permitido vivir la mayoría de sus asambleas en directo, cuando nadie tenía acceso a ellas, y conocer muy de cerca sus problemas y a sus personajes. Casi nada de lo acontecido a lo largo de cerca de cuarenta años me es ajeno. Soy testigo de épocas florecientes de CEJ, a las que en cierta medida contribuí en algunos casos, y también de las etapas oscuras en las que todo estuvo a punto de irse al garete, salvándose los muebles por el empeño de empresarios, pocos, y algún profesional que se empeñaron en rescatar a la CEJ  del naufragio.

Al cabo de treinta y seis asambleas ahí sigue CEJ, una patronal del bingo que, como todas las patronales, ha sido escenario en su trastienda de conspiraciones, navajeos y diseño en la sombra de golpes de timón. De puertas al exterior todo era espíritu unitario pero nunca, desde que se fundó la Confederación, faltaron los ataques soterrados dirigidos a quién en cada etapa ocupó el sillón de la presidencia.

En cierta ocasión tuve un enfrentamiento con quién entonces estaba al frente de CEJ. Le recordé que debía agradecerme más que lo que había escrito sobre la Confederación lo que me había callado, que era y ha sido mucho. Y lo hice sencillamente por contribuir a la preservación del tan cacareado y siempre en entredicho espíritu unitario. 
 
Pasando al plano de la actualidad y dejando de lado las disquisiciones propias del que se limita a mirar los toros desde la más cómoda de las barreras, digamos que una CEJ menguada en su fortaleza asociativa llega a su treinta y siete asamblea bastante aseadita. Habiendo capeado algún que otro temporal y no embarrancando al barco. Y afanándose en lo único que hoy puede hacer una entidad confederal. Que no es otra que asesorar a las autonomías, siempre celosas de su representatividad, realizar estudios, aportar iniciativas y ejercer presión, hasta donde le dejan, para ayudar a la progresión del bingo nacional. Dicho esto, el resto queda para los que tocan de oído.