Hay profesionales del juego que llevan un puñado de años desarrollando funciones esenciales y se mantienen en un segundo plano. Ejercen su cometido en la trastienda del negocio y no suelen cruzar las líneas de la exposición pública. Y por ello su papel no alcanza la relevancia merecida por su labor.
En la mayoría de las ocasiones quienes responden a éste perfil profesional se apartan deliberadamente por voluntad propia del foco de la actualidad. Y en otras es la cicatería imperante a la hora de reconocer méritos ajenos la que se encarga de no valorar sus trabajos en la justa medida.
Dentro de ésta nómina podemos incluir a Jesús Serrano Escudero. Abogado que está en el juego y en el bingo particularmente desde sus albores y que domina la actividad. Hablamos de un hombre de leyes que une a sus conocimientos jurídicos una generosa capacidad de trabajo. Un trabajo por el que se afana y pelea, pues Jesús es de natural luchador y rocoso y vive con intensidad la defensa de los temas que le encargan.
Tiene en su haber profesional sentencias que le acreditan como un jurista experimentado y fiable. Por algunas de las cuales el sector ha podido sortear trabas presuntamente legales. Y su intermediación y sus buenos oficios se han dejado sentir en el plano asociativo y laboral. Y por descontado que para el Grupo Ballesteros, compañía a la que está solidamente vinculado desde la vertiente empresarial y asociativa.
Conozco a Jesús Serrano desde que el bingo es bingo. Guardo memoria de su carácter fuerte y vehemente y de su capacidad para defender hasta el final aquello en lo que cree. Hemos compartido, los muchos años dan para eso y mucho más, vivencias y debates y algún que otro choque acalorado. Y sigo pensando que Jesús no ha encontrado todavía la medición justa del trabajo desplegado a nivel sectorial. Como soy bien pensado creo que todo llegará.