Hay asociaciones y empresas del juego que sueñan con un periodismo a la carta. Como cuando llegas al restaurante e impones tus preferencias al maitre de la sala. No es que sueñan: es que sugieren, tratan de marcar directrices y establecer lo que hay que decir o callar. Un periodismo que atienda consignas, que considere noticiable aquello que los que no tienen ni puta idea consideran que es la bomba informativa, y que la opinión salga al dictado de unos particulares gustos. Ejemplo de lo escrito es la manifestación de ayer de Enrique Rosas, presidente de ACODISA, durante el Expo Congreso Andaluz. Llamando a la unidad de los medios de comunicación especializados y no, evitando titulares llamativos y otras infomaciones.
Me carcajeo muy a gusto cuando oigo hablar de la prensa independiente. Llevo más de medio siglo en la pomada y todavía no conozco a esta señora y no será porque no he estado, y trabajado, en empresas, algunas de ellas de mucho calado.
Partiendo del hecho incuestionable de que la prensa libre de ataduras es una quimera, una utopía, un ideal que choca con la dura realidad económica que es la que impone sus leyes y servidumbres, dejemos que los medios, dentro de su relativa capacidad de maniobra, puedan decidir que se publica o no, que críticas se ejercen y en que tono se hacen y a quién es preciso darle la badana porque se ha hecho acreedor a ello y a quién merece que elevemos a los altares. Todo con criterios subjetivos, por descontado, que ni están en posesión de la verdad ni son dogma de fe, pero que responden al desarrollo de una óptica periodística que conviene respetar y por descontado que rebatir o censurar si se disiente de su línea informativa. Que para eso están abiertos los canales de la libertad de expresión, señor Rosas.
Aquí lo conveniente es que cada uno vaya a lo suyo. Las asociaciones tratando de conquistar mejoras para sus subsectores. Las empresas avanzando en sus distintos segmentos de mercado. Los reguladores viendo de que forma empujar el juego hacia adelante con medidas liberalizadoras. Y los medios informativos, y en éste punto hablo solo por SECTOR, procurando ser fieles a unas pautas de actuación que venimos manteniendo, sin excesivos sobresaltos, por espacio de más de treinta años merced a la confianza otorgada por lectores y anunciantes. Que son nuestro principal y único patrimonio.
