Historia del Bingo Electrónico de Sala

| 11 de marzo de 2025

Respecto a la columna del día de hoy que Juan Ferrer Alpera escribe excelentemente cada día -y me aprecio de leerla casi a diario- hoy me gustaría contestarle, no para llevarle la contraria puesto que en parte tiene mucha razón en cuanto al avance del bingo electrónico respecto al tradicional.

En el primer EXPOJOC que pusiste en marcha, allá por 2013, ya expuse las consecuencias que afectarían al bingo tradicional respecto al electrónico en la mesa del bingo que creaste -y en la que tuve la suerte de participar como ponente- si no se tomaban las medidas adecuadas, que además eran muy sencillas. Simplemente igualar las condiciones del electrónico al tradicional para poder competir en igualdad de condiciones.

De ese “speech” salió el primer esbozo (en una comida ese mismo día junto a Pepín Padrón en la Genuina) de lo que hoy conocemos todos como el bingo electrónico de sala, que no es otra cosa que igualar las condiciones del tradicional y el electrónico.

La realidad es que en las Comunidades Autónomas donde se ha puesto en marcha, el impacto del electrónico ha sido mucho menor aunque por otro lado, al fin y al cabo la bolsa de juego que hay se acaba repartiendo no solo entre las dos modalidades de bingo si no entre todas las demás ofertas de juego, lo que obviamente afecta también a las ventas del tradicional.

La pena es que todavía haya comunidades autónomas como la valenciana que sigan ancladas en el pasado, sin proteger un juego que crea muchos más puestos de trabajo que el electrónico, que realmente socializa más que ninguno y además genera (no tengo las estadísticas pero estoy seguro de ello) el menor índice de ludopatía de todos. El bingo es el 90% de ocio.

Bien, como te decía Juan, tienes toda la razón. Si no hacemos algo la situación se ira revertiendo pero la solución es bien fácil: adoptar el bingo electrónico de sala como por otro lado ya han hecho la mayoría de comunidades autónomas. Ya no valen excusas de que la Generalitat pierde recaudación, porque si no toma medidas la perderá del todo con el cierre de salas, además de puestos de trabajo, tasas de máquinas, apuestas, Impuesto de sociedades,… y por supuesto también bingo electrónico.