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DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Carfama abre ventanas a la esperanza

9 de mayo de 2016

El juego español es solidario, sensible ante los problemas de raíz social que reclaman respaldo y ayuda. Presto a arrimar el hombro cuando se producen situaciones que encienden la luz de la mirada hacia el prójimo desprotegido que está pidiendo, sin abrir la boca, un  gesto, una actitud comprensiva y colaboradores.

Ejemplos que hablan del desprendimiento del juego a la hora de sumarse a iniciativas que merece la pena secundar porque nos hacen reafirmarnos en la creencia de la humanidad de las personas y las empresas, hay abundantes. Basta recordar la existencia de la Fundación Social del Juego Privado de Castilla y León, que preside Pepe Ballesteros, y que lleva años en la brecha de estar al lado de quienes más lo necesitan.

En ocasiones las noticias pasan por la actualidad diaria con la velocidad de lo efímero sin que nos detengámonos en su trascendencia, en lo que entrañan como humanización de las empresas frente a la realidad social que las rodea. Uno de ésos casos a destacar y valorar es la participación tradicional por parte de Carfama como patrocinador de la Carrera Solidaria Pro Enfermos Neuromusculares que organiza la Asociación de Enfermos Neuromusculares del Principado de Asturias (ASEMPA) y que este año tuvo lugar en Gijón bajo el lema “solos somos invisibles, unidos somos invencibles”.

El gesto de Carfama, la empresa perteneciente al Grupo DC de José Antonio y Ángel Díaz Carbajosa, que cuentan en éste caso con la labor siempre precisa de Roberto Rodríguez, demuestra con su implicación en ésta carrera que el sector tiene los ojos muy abiertos ante los temas que golpean el ánimo con fuerza por la desgracia ajena, por los que son tocados por el infortunio, por lo que merecen, sin pedirlo, un abrazo solidario.

Como integrantes de éste mundo del juego, tantas veces ignorado en cuanto significan sus aportaciones económicas a obras de carácter asistencial o benéfico, e injustamente silenciado en ésta labor de acercarse al que sufre y nos pilla cerca, al que padece en silencio y es ignorado por la sociedad, al que solo pide la ayuda de una mano amiga que le haga creer en los demás. En éste camino de pensar en los demás Carfama lleva dando pasos largos para que la enfermedad de unas personas abra una ventana a la esperanza.