Han pasada seis años ( marzo de 2010 ) desde aquéllas elecciones de CEJ que enfrentó por la presidencia a José Ballesteros y Fernando Henar. Personal y profesionalmente las viví al minuto y doy fe de que fueron las únicas elecciones merecedoras de tal nombre que ha celebrado la patronal del bingo. Hubo campaña de los dos candidatos, rastreo del voto asociación por asociación, adhesiones y traiciones propias de éstos casos y hasta resurrección de asociaciones hasta entonces dormidas que podían inclinar la balanza a un lado o a otro. Hubo ambiente, pasión y lucha en la contienda. Y también irregularidades para aumentar el censo que no debieron admitirse. Al final tras polémicas, denuncias y enfrentamientos venció Henar por 14 votos. Y luego, al cabo de no demasiado tiempo, llegó lo que estaba cantado: la escisión de CEJ y la constitución de FEJBA.
Al cabo de seis años se produce hoy el reencuentro oficial de Ballesteros y Henar, que son FEJBA y CEJ, con motivo del Foro del Bingo. Y con ellos a la cabeza se producirá el acercamiento colectivo del núcleo principal del empresariado que milita en una y otra agrupación y que, en muchos casos, ha compartido relación, afecto y amistad; y en otros ha participado de divergencias o enfoques distintos a la hora de abordar la problemática sectorial.
En cualquier caso y bastante más allá de Ballesteros y Henar, que polarizan en exceso a veces lo que sus respectivas federaciones representan, lo que importa de verdad hoy es la defensa del bingo con mirada amplia y ambiciosa; con imaginación y perspectiva de futuro; con ideas rompedoras y certidumbre de viabilidad para su rodaje e implantación en las salas. Más allá del espíritu de reconciliación federativa, de los cantos a la unidad que tan pronto se olvidad, de los abrazos efusivos que se quedan en gestos y que, en algunas circunstancias, están revestidos de cínica falsedad aquí lo esencial radica en buscar conjuntamente salidas factibles para el bingo, que devuelvan la alegría al negocio, que impriman nervio a las salas, que obtengan el respaldo imprescindible de las Administraciones a las que es preciso convencer con razonamientos sólidos y la claridad de los números. Ahí radica la finalidad de ésta cumbre. Lo demás: invocaciones a la fusión, propuestas de nuevas andaduras asociativas y abrazos calurosos son palabras y actitudes que tienen la duración de lo efímero, que ni permanece ni dura.
Después del Foro hay que hacer balance y comprobar si mereció la pena. Y Ballesteros y Henar, cada cual a su aire, seguirán comandando FEJBA y CEJ a la espera de otra oportunidad para reencontrarse. Que puede tardar otros seis años o muchísimo menos tiempo. Quien lo sabe…