Londres es el universo del juego en su feria anual. Un mundo sorprendentemente hecho de tecnología, sueños e ideas cubre la demanda de todos los subsectores. Por eso es el mirador más completo de todos los que muestran los avances que registra la industria del azar y el entretenimiento. Y aunque hay otro gigante expositor que es las Vegas, y del que también fui asiduo visitante durante años, aquél es un certamen más centrado en los casinos, de los que vive y florece, mientras Londres muestra escaparates múltiples para un arco de la oferta donde nadie queda al margen.
ICE Totally Gaming resulta visita ineludible para quienes deseen tomar el pulso al juego. Y comprobar que vibraciones se desprenden del mismo en forma de productos, innovaciones, tendencias y aperturas de nuevos caminos que posibiliten la natural evolución del sector. Y esto hay que contemplarlo desde un escenario absolutamente inédito, que implica cambios de tendencia en las demandas de jugadores, y la irrupción de ofertas cada día con mayor peso como consecuencia de la expansión del juego online.
La alteración del mercado presencial por la competencia del online hace que la industria busque con ayuda de la tecnología más depurada productos que sorprendan, que impacten y que despierten la curiosidad de un jugador que reclama de alicientes inéditos para no modificar sus hábitos de distracción. Para permanecer frente a una máquina o ruleta destinada a brindar posibilidades de eso que conocemos como la emoción del momento. Esto es algo que puede proporcionar la feria de Londres, ventana mundial abierta al ingreso y el arte de avanzar en la creación de modelos y sistemas.
Son muchos los españoles que no quieren perderse, año tras año, la magia desprendida de ésa feria hecha de inventiva, fantasía, luz, sonido y todo aquello que proporciona la ingeniería del ocio para rediseñar un futuro que es casi presente y que promete revolucionar los cimientos primitivos de la industria. Son ésos miles de españoles que se sienten satisfechos y pienso que orgullosos cuando comprueban que un certamen con el sentido de universalidad de ICE, de su espíritu global, acoge entre la nómina de los mejores un abanico de firmas de nuestro país o residentes en él que dan lustre y vigor a ése complejo, atractivo y apasionante mundo del juego.