"Bares, ¡qué lugares tan gratos para conversar!" … Y es que esto de tener 40 primaveras provoca accesos de melancolía como el tarareo de una pieza clásica de aquel grupo musical (Gabinete Caligari) gestado en plena efervescencia de la movida madrileña.
Pero me viene al pairo para mi estreno desde la avenida. Llevo escuchando varios meses la palabra convergencia y cómo el canal hostelería debería asumir dicho concepto, semánticamente adulterado de tanto sobarlo. Porque, ¿qué pasa con los bares?. ¿Su oferta de juego está obsoleta?. ¿La voracidad del online ha podido con las máquinas B?. ¿Los rodillos machacan el entretenimiento del jugador hasta deshacerlo en cachitos de aburrimiento?. ¿Tenemos que introducir ya lo digital para comulgar con la cultura 3.0?.
Según el Anuario del Juego 2014/2015, de la Fundación Codere, las máquinas B registraron en 2014 un aumento interanual en las cantidades jugadas de algo menos de 200 millones de euros, hasta los 9.573,7 millones de euros (+2%). Una leve, pero recuperación, que supone una mejora de la rentabilidad media máquina/día en la hostelería. El GGR de las empresas de este segmento de negocio (y también salones) fue de 2.800 millones de euros.
Los datos arrojan una verdad incuestionable, el obituario de las “tragaperras” aún no está escrito. Y dudo que alguna vez llegue. Pero la transición a otro modelo de actividad comercial, dado que el bar y el juego están cerca de festejar las bodas de oro sin aparentes infidelidades, requiere un mínimo de sosiego. Se dio un viraje con las apuestas deportivas, modalidad de azar de mayor crecimiento. Si los operadores mantienen el mismo rol desempeñado con las máquinas B, los bares deberían dejar entrar a las apuestas deportivas. Euskadi y Comunidad Valenciana son ejemplo de un escenario conciliador entre estos dos juegos.
Segundo paso. Antes de las máquinas bajo servidor (SBG), saludar a una figura – (in)descriptible – tipo tótem. Una suerte de mueble único con contenido de un mismo fabricante. Ahorro de costes y rotación de juegos sin grandes “liftings” estéticos y técnicos. En términos posturales, paso lento y seguro. Algo así planteó GiGames ayer con la máquina Marmita de Oro y el mueble Winner.
No me opongo a las SBG, pues seguro representarán un avance sectorial como lo han sido las apuestas deportivas –anatematizadas antes de su implantación-, pero vayamos cubriendo etapas. La velocidad, en muchas ocasiones, acaba en pérdida de control.
La AECOC anuncia nuevas tendencias en locales de hostelería. Sofisticación y aires “hipsters”. Pues a mí me siguen gustando los de caña, tapeo y el soniquete de mi querida “B”.
“Bares, ¡qué lugares!”.