Luís Miguel González Gago es el decano de los reguladores del juego en España. Este dato basta para acreditarlo como gestor de una actividad a la que lleva muchos años aportando conocimientos y visión de lo que el sector demanda. Y en su experimentado ejercicio del cargo hay un jalón que eleva su estatura política como director general: La idea de promover el Congreso del Juego de Castilla y León que ahora mismo está celebrando sus doce años de fructífera vida.
La involucración, el compromiso de Gago con el Congreso, el único organizado por una Administración en España, ha sido tan apasionado como total desde el primer día. Ha trabajado lo suyo, codo con codo con las asociaciones empresariales, para darle al evento proyección nacional, contenido y lustre social. Y hay que subrayar que ha ido superando con creces todos los objetivos iniciales.
Ninguna manifestación relacionada con el juego español es capaz de reunir en su seno a seis reguladores autonómicos, la representación de la DGOJ y funcionarios destacados de distintas Comunidades como Gago ha sabido congregar en León, tierra hospitalaria donde las haya y de la que están disfrutando los congresistas. Y ésta capacidad de convocatoria no hace sino subrayar el prestigio de Gago y su propósito de aunar voluntades entre compañeros aunque sean de diferente significación política.
Si algún día, que está por venir, Luís Miguel González Gago se despide como responsable del juego de Castilla y León podrá hacerlo con la tranquilidad y el orgullo de haber contribuído como nadie a la difusión de la actividad y su problemática, al estrechamiento de lazos con reguladores y empresarios de todas las Comunidades y a la promoción de su tierra y su racimo de monumentales ciudades tan cargadas de historia como de fraternidad. Y el sector estará en deuda con él.
