Ésta es la pregunta que se formulan al día de hoy los empresarios de Madrid al comprobar que la orden de aprobación del Bingo Dinámico está en el despacho de la consejera de Economía, Empleo y Hacienda, Engracia Hidalgo, y allí permanece varada sin que se acierte a predecir qué impide su salida.
Conviene echar la vista atrás y recordar que el director general de Tributos y Juego de la Comunidad, Fernando Prats, artífice de la materialización de este paso adelante que representa el Dinámico, dejó listo el texto regulatorio de la modalidad antes de las elecciones autonómicas y tras superar no pocas alegaciones y controversias. Y el entonces titular de Hacienda, Enrique Ossorio, político que conocía muy bien la realidad del sector y su problemática, pues diez años atrás y en una anterior etapa como viceconsejero puso en marcha el Bingo Simultáneo, tuvo en sus manos la orden del Dinámico y, finalmente, no la rubricó. ¿No lo hizo por prevención dado que la campaña electoral estaba en pleno fragor?. ¿Faltó valentía y capacidad resolutiva?. Las respuestas a tales incógnitas no han sido explicadas.
CEIM y las centrales sindicales respaldan sin reservas la necesidad de implantar el Dinámico en Madrid. Para no cobrarse nuevos cierres de salas, de las que ha caído una en contra de los previsto de nuevas aperturas en caso de aprobarse la nueva modalidad. Y lo único que trasciende es que la decisión está pendiente de Engracia Hidalgo, una consejera que cuando en otra legislatura asumió la máxima responsabilidad del juego en la Comunidad no se cortó al manifestar “que desde la Administración estamos dispuestos a contribuir al desarrollo del juego, en el que queda mucho por hacer”.
Pues una de las cosas básicas que a juicio del bingo de Madrid queda por hacer es darle ése pistoletazo de salida a un Dinámico encallado, nadie sabe porqué, que el gobierno autonómico, muy pendiente en las decisiones del partido que le ha permitido tomar las riendas de la Comunidad , mantiene de momento en estado de hibernación. Del que se impone sacarlo cuanto antes, so pena de llevarlo a una caída en picado de la economía de las salas.