La Super Bowl LIX, que se celebró el 9 de febrero en el Caesars Superdome de Nueva Orleans, se perfila como un evento de gran relevancia no solo en el ámbito deportivo, sino también en el de las apuestas. Se estima que los estadounidenses gastaron más de $1,500 millones en apuestas relacionadas con el partido entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles.
Según un informe de Legal Sports Report (LSR), se anticipa un aumento en las apuestas deportivas para el Super Bowl 2025 de al menos un 15% en comparación con 2024. Este crecimiento es impulsado en gran parte por un notable incremento en Nueva York, donde se espera que las apuestas superen los $183 millones, con la posibilidad de alcanzar los $192 millones si se confirma un aumento del 18.3%. El año pasado, Nevada fue el líder en apuestas con $186 millones, gracias en parte a que el partido se disputó en Las Vegas.
El interés por los Chiefs ha aumentado, no solo por su éxito deportivo, sino también por la conexión mediática con la cantante Taylor Swift, quien mantiene una relación con el jugador Travis Kelce. Esto ha atraído la atención de un público más amplio hacia la franquicia, lo que podría influir en el volumen de apuestas.
Actualmente, las apuestas son legales en 40 estados y territorios de EE. UU., con aproximadamente 225 millones de personas teniendo acceso a este tipo de apuestas. Las casas de apuestas colocan a los Chiefs como favoritos para ganar, lo que podría atraer a una variedad de apostadores en el evento más importante del fútbol americano.
