Hablamos del doble juego, el público y el privado. Etiquetados ambos con criterios bien diferentes. Uno exento de cualquier catalogación crítica y el otro descalificado por su peligrosidad social. Son dos clichés inamovibles sobre la percepción que existe respecto a los juegos de azar. Aquí no hay términos medios: o blanco o negro. Y bajo una óptica tan poco objetiva se construye un relato donde se ignora por completo la posible incidencia negativa de los juegos estatales o protegidos y se condena sin paliativos a los que están en manos empresariales.
Si pasamos al terreno de lo tangible la realidad indica que se juega muchísimo más a Loterías o la ONCE que a salones, casinos, bingos y máquinas. Los rascas de la Organización Nacional de Ciegos están desplazando en ventas al tradicional cupón y a pesar de ello se obvia que ésta es una modalidad con premios inmediatos que fomentan, y mucho, la adicción. Una singularidad que no parece ser objeto de preocupación alguna. Tanto es así que las campañas publicitarias para fomentar la venta de éste y otros productos se intensifica de manera más que notable.
Según el Anuario del Juego en España el porcentaje de juego peligroso en nuestro país se mantiene estable, en el 0,2% de la población, situándonos en éste sentido junto a países como Holanda y Portugal y por debajo de otros como Alemania y Francia.
Pienso que éste dato bastaría para analizar la situación del sector privado con un mínimo de objetividad y sin argumentos tendenciosos que responden a una deliberada pretensión de desacreditar dichas modalidades.
Recomendar éste cambio analítico es absurdo. Existen grupos políticos de filiación ideológica muy identificada, que cuentan con sus correas de transmisión social, cuya obsesión no es otra que maldecir al juego privado y lo que representa. Y en ésa tarea se afanan con tantísima intensidad como ausencia de sentido de la verdad. Es el doble juego que, desgraciadamente, continúa prodigándose sin que se ponga fin a tan colosal mentira. No son los iguales para hoy, ¿ me entienden ?.