Esquerra Republicana quiere acelerar su plan para desbaratar el proyecto recreativo del Hard Rock en Tarragona. El grupo parlamentario ha presentado este miércoles la base para que fracase el polémico complejo turístico al registrar en el Parlament una proposición de ley para modificar al alza el impuesto del juego y pasar del 10% actual a entre el 20% y el 55% en función de los ingresos. Con esa reforma, todas las partes sostienen que el proyecto no prosperará. El president Salvador Illa (PSC) ha aclarado en la sesión de control que apoya la modificación, ya prevista en el pacto de investidura, pero que preveía aplicarla en la ley de acompañamiento de los Presupuestos. La diferencia en los tempos ha dejado traslucir la falta de sintonía entre los socios cuando se cumplen esta semana los 100 días de mandato.
El presidente del grupo de ERC, Josep Maria Jové, ha reiterado en la sesión que esta legislatura no tiene para ERC sentido si no hay avances en soberanía social y nacional. Y ha apuntado que una de las iniciativas que es fácil de resolver ya es precisamente la de suprimir los “privilegios” que se concedieron en a los promotores del complejo con una ley ad hoc realizada en 2014. “¿Podemos quitar la alfombra roja y revertirlo?”, ha preguntado Jové al president. “Cumpliremos los compromisos: lo tenemos previsto en la ley de acompañamiento”, ha asegurado.
Los republicanos calculan que la modificación de la ley, si se hace por lectura única, puede estar aprobada en un mes. La proposición para la revisión del régimen fiscal y singular del Hard Rock contempla suprimir el artículo 17 de la rebaja de los impuestos, pero también el 11 que habilita a las empresas gestoras del casino a ofrecer créditos; el 15, que prevé una compensación para la Generalitat por la tributación del 10% y el 18, que desarrollaba una tributación específica sobre la tasa turística. ERC ya ofreció esta reforma a los comunes el mandato pasado, pero no prosperó porque no en el hemiciclo no tenían mayoría. Con el cambio de posición del PSC, firme defensor en el pasado del proyecto de Hard Rock, la modificación saldrá adelante.
El Hard Rock desencadenó el final del Govern de Pere Aragonès, que había asumido no sin fastidio la exigencia de los socialistas de impulsar el proyecto. La situación ahora ha cambiado. Con la decisión de impulsar la reforma, ERC intenta marcar el paso y sacudirse de encima la hipótesis que sostiene el Govern de que la negociación de los presupuestos no avanza porque está pendiente de la celebración del congreso de los republicanos. El Ejecutivo ha mantenido reuniones con los comunes, pero con ERC solo una y hace dos meses. La sensación de los republicanos es que el Govern no está avanzando con la suficiente celeridad en el modelo de financiación -el PP lo ha calificado de “timo” porque no fructificará- ni en otras de las medidas suscritas en el pacto de investidura. Las cuentas están en el aire y, avisan, tampoco saben cuándo se cerrará si es que ocurre la negociación. elpais