Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Grande Lao

11 de noviembre de 2024

Oiga que yo no soy de ésos que odian a Amancio por haberse hecho riquísimo y de paso haber creado miles y miles de puestos de trabajo. Ni comparto las críticas a un Juan Roig que ha sabido levantar un imperio a golpes de inteligencia y hace fijos a sus empleados. Admiro y envidio, con envidia sana por supuesto, a los empresarios que poseen talento, audacia y agallas para crecer, robustecer sus sociedades, potenciar sus equipos humanos y por descontado enriquecerse y contribuir a la mejora de la sociedad.

Digo todo esto porque celebro que Manuel Lao Hernández siga escalando puestos entre los más ricos. Lo he conocido y tratado muy de cerca. Me ha hecho confesiones íntimas impublicables y en todo momento aprecié su mirada larga, su inteligencia natural, puesta a prueba en la dura lucha de la calle, y su perspicacia para cogerlas al vuelo. En el juego creó el grupo más potente, tocó todos los palos de la actividad y traspaso las fronteras adquiriendo vitola de internacionalidad. Ha sido uno de los más grandes y su legado, que en materia de juego sigue vivo y liderando, así lo confirma.

Manuel Lao representa el tipo de triunfador que parte de cero y alcanza la cima. Y corona la misma sin que nadie le haya regalado nada. Lo suyo se resume en arrimar el hombro todos los días y las horas que hicieran falta. En mantener la luz de alerta encendida en la mente y en tener el olfato necesario para hacer empresa, potenciarla y elevarla a la cumbre del éxito.

Vendió y se marchó con la música a otra parte. Pero la inquietud de Manuel Lao, empresario mientras viva, ni le ha permitido estar quieto ni le ha restado un ápice de su voluntad emprendedora. Ha seguido invirtiendo, arriesgando, apostando e incrementado su patrimonio de manera más que considerable. Grande Lao, empresario que en el juego dejó una huella tan perdurable como añorada. Fue uno de sus más sólidos pilares y uno de sus principales impulsores. Para los olvidadizos es conveniente recordarlo. Lo dicho: Grande.