ACENCAS alerta de que las medidas actuales contra los riesgos del juego son insuficientes y pide una acción más contundente

| 4 de septiembre de 2024

El estudio de prevalencia 2022-2023 de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) revela que un 2,01% de la población jugadora ha experimentado síntomas de adicción al juego en los últimos 12 meses. Estos datos evidencian que el problema está lejos de estar controlado, afectando a miles de personas en nuestro país. «No es suficiente lo que se ha hecho hasta ahora», advierte Francesc Perendreu, presidente de ACENCAS. «Necesitamos invertir mucho más en programas de prevención, especialmente dirigidos a los jóvenes y a aquellos colectivos más expuestos.»

Los datos también muestran que la prevalencia es más baja entre los jugadores presenciales (1,77%) en comparación con los jugadores online (11,57%). Estas cifras demuestran el mayor riesgo asociado con el juego online, que es más accesible y menos regulado. ACENCAS hace un llamamiento a la implantación de medidas de regulación más estrictas para el juego online para proteger a los jugadores, especialmente a los más jóvenes. Pero Perendreu subraya que «el riesgo del juego puede afectar a cualquier persona, independientemente del sexo o la edad, y debemos ser conscientes de ello.»

Perendreu también considera que «es esencial implementar programas educativos tanto en escuelas como en entornos comunitarios para sensibilizar sobre los peligros asociados al juego, y continuar la investigación sobre las causas y consecuencias de esta realidad. No podemos permitirnos seguir con las mismas políticas ; necesitamos un enfoque integral que incluya educación, prevención y una regulación más fuerte para proteger nuestra sociedad.»

ACENCAS reafirma su compromiso con la lucha contra los riesgos asociados al juego mediante un enfoque multidisciplinar y coordinado. «Apostamos por la colaboración con instituciones públicas, privadas y el tejido social para implementar políticas efectivas y sostenibles que protejan a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad», concluye Perendreu.

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