Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Extremar la responsabilidad

6 de junio de 2024

El juego en general viene dejando constancia plena de haber asumido un alto sentido de la responsabilidad en el desarrollo de sus negocios. Todos los subsectores se esfuerzan en garantizar a sus usuarios el disfrute de un entretenimiento dotado de las mayores garantías de seguridad. Y esto supone, por parte empresarial, de fuertes inversiones que en algunos casos se llevan a cabo sin regatear medios. Al margen de los dispositivos técnicos de control precisos para adaptarse a las normativas vigentes tampoco se regatean gestos para acrecentar la formación de los profesionales del sector. En definitiva la industria española del juego participa de manera activa y rigurosa de las políticas diseñadas por las administraciones en todo cuanto concierne al desarrollo de un juego responsable, en el que se priorizan las medidas para proteger a los colectivos más vulnerables y tratar de combatir las adicciones.

Nadie puede discutir por tanto que el juego es el primer interesado en llevar a buen puerto todas las disposiciones que se adopten en cuestión de hacer de la actividad un ejercicio de responsabilidad compartida, sin fisuras. Esta predisposición empresarial choca en determinados casos con la actitud de administraciones autonómicas que llevan hasta extremos difícilmente admisibles su concepto de la responsabilidad. Promulgando leyes o decretos que desprenden una dureza extrema, que no responde a criterios objetivos y del que se desprende una penalización manifiesta hacia determinado subsector. Esto no es, en modo alguno, una forma de fortalecer el juego responsable.

Esto no es más que un recurso deliberado para castigarlo, para recortar de manera ostensible su capacidad de funcionamiento, para aumentar las trabas que acaban con la marcha normalizada de los negocios, haciéndolos, en determinadas situaciones, inviables.

La apelación a la responsabilidad es un clamor empresarial, una realidad por obra de las actuaciones empresariales en ésta parcela tan sensible. Otra cosa bien distinta es que existan gobiernos autónomos que con sus actos lleven lo de la responsabilidad a extremos más sectarios que objetivos.