Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Vamos de feria

25 de abril de 2024

Al decir vamos de feria es lanzar al aire una invitación a la alegría, a las horas felices que abren la puerta a la cordialidad, al reencuentro con las amistades un tanto dormidas. La palabra feria entraña muy diversos conceptos que se resumen en uno sólo: humanidad, concurrencia de gentes, pulso vital, trasiego que no cesa y conversaciones, pactos, abrazos. Es el dibujo de un universo en estado de ebullición permanente en el que sobre todo prima el sentido de la proximidad entre personas que sirve para unir y estrechar lazos.

A las ferias, sean del cariz que sean, se acude con el ánimo predispuesto a la participación intensa, al ser y estar, y al sacarle punta al lado amable de la vida. Aunque la muestra tenga un carácter comercial, todas la tienen en gran medida, lo que apreciamos de ella es su fuerza para hermanar, para sembrar sonrisas y recuperar afectos. La feria es un marco ideal para intensificar las relaciones, para restarles severidad y sumarles humor del bueno, del espontáneo que se contagia y cala.

Pronto iremos de feria. Haremos un alto en el camino del trabajo cotidiano y nos meteremos de lleno en el espíritu ferial, ése que expone productos, brinda posibilidades de negocio y consigue que la caldera de la amistad se ponga en ebullición y nos depare instantes muy bonitos y merecedores de ser recordados por lo que desprenden de valor en lo personal y en lo profesional.

Lo jodido es cuando gentes ajenas a la organización de la feria, de la que sea, tratan de meter baza, de intervenir, de marcar directrices, de decir ésta me gusta y la otra debe desaparecer. Es una forma como otra cualquiera de cargarse una idea, una oportunidad de expansión, un marco de convivencia que se rompe y ocasiona múltiples desperfectos. Económicos y de confraternización. Lo escribió Vargas Llosa: El día que se jodió Perú. Y la feria…