El 27 de febrero de 2024, el Ministerio de Finanzas sueco presentó un proyecto de ley que sugería un aumento del cuatro por ciento en el impuesto al juego, cambiándolo del 18 por ciento al 22 por ciento. Se espera que este proyecto de ley se promulgue el 1 de julio de 2024.
Los operadores de juego ya han mostrado su disconformidad pues se trata de una medida que debilita la sostenibilidad económica de sus negocios.