Nombrar a Juan Lacarra es mentar un trabajo incansable en defensa de los salones de juego de España. Ocupa la secretaría general de la patronal ANESAR desde hace 16 años. En un tiempo dónde se ha debido de batallar contra muchos «molinos de viento» y se han alcanzado grandes logros para este tipo de establecimientos de juego.
Este licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra, hombre comedido y con el saber estar por delante, considera que «los avances para el sector son más lentos de lo que se espera, pero sí echamos la vista atrás y lo vemos en perspectiva, creo que los salones de juego han dado en estos últimos 15 años un gran salto cualitativo».
Lacarra cree que se ha avanzado mucho en cuanto producto a ofertar por los salones de juego. Con protagonismo de las ruletas electrónicas, apuestas, máquinas de última generación, etc. «En este mismo plano empresarial destacaría el alcance de una identidad subsectorial importante, lo que va de la mano de unas asociaciones de salones territoriales muy bien estructuradas y con unas directivas y unos profesionales muy buenos. A nivel institucional este sería precisamente uno de los logros: la vertebración institucional y asociativa del sector fuerte y unida a través de una red de asociaciones muy bien estructuradas», declara Lacarra. No se olvida de otro hito importante. La consolidación como ANESAR tras 40 años de andadura con sus Congresos anuales y otros eventos que suscitan el interés de sus socios y del sector.
¿Cuáles son los retos que tiene por delante ANESAR y los salones en general?. «Se han producido grandes avances en materia de RSC, pero debemos seguir trabajando en ello. Debemos comprender que estas acciones no son propias de nuestro sector concreto, sino de todas las actividades empresariales. Ello nos llevará a una normalización mayor de nuestra industria. Las empresas cada vez comprenden mejor que, por ejemplo, una adecuada formación a los empleados es clave en nuestra actividad, pero debemos seguir avanzando. No solo las administraciones sino lo que es más importante, la sociedad debe tener la seguridad de que el sector del juego legal y autorizado es precisamente la salvaguarda de los intereses de unos y de otros. Debemos dar esa tranquilidad a la sociedad, a los medios de comunicación y a las administraciones», destaca el secretario general de ANESAR.
Como asignatura pendiente en los salones figuran los medios de pago. «Debemos ser competitivos en esta materia. Ya tenemos el control de acceso que es la mayor salvaguarda para que no juegue quien no debe jugar, y es importante que para este control de acceso el trabajo de nuestros empleados se pueda complementar con medios técnicos y biométricos que aportan mucha mayor seguridad. A la llamada población vulnerable hay que protegerla por encima de todo y deben ofrecerse todas las garantías, pero no podemos olvidarnos de que legislar para una gran minoría puede acabar perjudicando a la gran mayoría de nuestros clientes que consumen nuestros productos con total normalidad. La educación en este sentido es la clave. Y donde existe mucho margen de mejora, no para los salones sino para todo el sector del juego privado, es en la distinta percepción del juego según su operador sea privado o sea de naturaleza pública. La doble vara de medir no se puede sostener más».
Lacarra es optimista respecto al devenir de la industria. «Creo que goza de buena salud y esto es porque las empresas que lo conforman tienen en mi opinión una fuerza, una capacidad de supervivencia y reinvención fuera de toda duda. En cuanto a producto existen muy buenos fabricantes y proveedores que están haciendo muy bien las cosas. Las fórmulas comerciales son variadas y como operadores de juego debemos velar también para seguir siéndolo. Nuestros clientes saben a lo que vienen a nuestros establecimientos: a pasar un rato de su ocio y de su tiempo libre y a hacer un gasto consciente y responsable en nuestras instalaciones. Los que no entiendan que esto es y debe ser así, tienen sus mecanismos de autoprotección. En mi opinión, las asociaciones sectoriales cada vez afinamos más en los discursos y peticiones, y los medios especializados hacen un gran trabajo de difusión de nuestra actividad. Todos tenemos que hacer un esfuerzo y exigirnos ir lo más unidos posibles y no provocar estridencias».