Las enmiendas presentadas a la Ley de Acompañamiento por PP y VOX para modificar la Ley del Juego de la CV e impedir el cierre de muchos locales que no podrán renovar su licencia creo que es un ejercicio de responsabilidad política. Un tomar conciencia de una realidad que de no atajarse acabará con numerosos negocios y provocará la pérdida de múltiples empleos.
La Ley de Juego valenciana auspiciada por el tripartito del Botánico si por algo se caracterizó es por ser una de las más restrictivas a escala nacional. En su elaboración quedó muy patente la autoría determinante de la extrema izquierda ( Compromis-Podemos ) cuyo sesgo ideológico se ha distinguido en todos los territorios autonómicos por su declarada animadversión hacia el juego, privado naturalmente. Y que en la Comunidad Valenciana se ha hecho muy visible por su dureza.
No hay más que comprobar la reacción del diputado Joan Baldoví para certificar la inquina ideológica que su formación dispensa al juego. Dice su señoría que con las enmiendas del PP y Vox ganan los millonarios, puesto que se les regala el dinero a través del impuesto de patrimonio siguiendo la receta de la derecha de perdonar impuestos a los ricos y recortar servicios públicos al resto, y ahí le faltó decir a los pobres.
Y para rematar la faena BaldovÍ declaró: "mientras desde el gobierno valenciano luchamos contra la adicción al juego y la ludopatía PP y Vox hacen marcha atrás para que ganen los millonarios y pierdan los barrios y los pueblos."
Como puede comprobarse al hilo de ésta especie de arenga son palabras trufadas de sectarismo de una izquierda extrema que está metida en el túnel del tiempo y no sale del mismo. Haciendo de su credo político una oración tan trasnochada como carente de credibilidad. Es la voz de un comunismo defenestrado por la historia.