Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Alerta en la Comunidad Valenciana

29 de noviembre de 2023

Los datos son lo que son. Fríos pero esclarecedores. Y de su lectura conviene extraer conclusiones. El Informe Anual del Juego 2022 en la Comunidad Valenciana da cuenta de que el año pasado 22 empresas del sector echaron el cierre quedándose inactivas. Este cese del negocio llevó implícito la consiguiente pérdida de empleo. Junto a un dato tan negativo, máxime si tenemos en cuenta que el ejercicio 2022 dio algunos signos de recuperación respecto al año anterior, la Generalitat Valenciana aumentó de manera más que notoria su capítulo de ingresos vía impositiva del juego.

Hablamos de un informe cuya gestión política correspondió al gobierno tripartito del Botánico. En la actualidad estamos en otra órbita política. Pero en cualquier caso conviene subrayar que el simple cese de empresas en cualquier territorio y situación enciende las luces de alerta. Y en particular si junto a éste hecho siempre lamentable se suma el aumento espectacular de las cifras recaudadas por la fiscalidad impuesta al sector.

La actual Generalitat que preside Carlos Mazón está dando unos primeros pasos esperanzadores en relación con el juego. Está percatándose de una realidad sectorial sumamente agravada por una Ley que penalizó duramente al sector y lo hizo retroceder de manera flagrante. Y a partir de ahí, de ésas luces de alerta que siguen encendidas, es de esperar que se analicen con rigurosidad las disposiciones vigentes, sobre todo aquéllas de carácter prioritario para el normal desarrollo de las empresas y se ponga manos a la obra de reparar más de una arbitrariedad reglamentaria aplicada por simple sesgo ideológico y sin calibrar, o a lo peor siendo conscientes de ello, de los funestos resultados de su aplicación.

El sector del juego valenciano aguarda, con la lógica expectación, la reacción de un gobierno de nuevo corte e ideología llegado el momento de reparar tanto estropicio perpetrado por su antecesor en el mando comunitario. Habrá que permanecer en estado de espera confiando en que se produzca lo mejor para empresas y empleados.