Van quedando en el sector muy pocos personajes que encarnen en su figura y en su ejecutoria las grandes hazañas empresariales del juego. Hablamos de hombres que han entrado por derecho en el ámbito restringido de la mitología de la industria. Gentes que partieron de cero y han sido capaces de levantar a pulso verdaderos imperios. Una de éstas figuras responde a la persona de José González Fuentes, cabeza visible de LUCKIA y un verdadero titán que a base de trabajo, tenacidad y espíritu emprendedor puso en su día los cimientos de una compañía de proyección internacional y en fase de crecimiento continuado.
José González pertenece a la casta de ése tipo de hombres que comenzaron casi de la nada. Poniéndose al frente de negocios modestos que se ocuparon de ir engrandeciendo de manera progresiva con talento natural, trabajo sin apenas darse respiro y audacia vacunada contra las dificultades. González se incluye dentro de una generación luchadora por instinto y pensamiento, con carisma y perspicacia para atisbar el horizonte donde amanecía el futuro y arreglárseles para conquistarlo. Eso es lo que han hecho y continúan haciendo los empresarios de raza, y González lo es, los que son aptos para levantar un país o una región mediante la suma de esfuerzos y la fidelidad a unas estrategias bien diseñadas y mejor culminadas.
González es un empresario ejemplar por su propia peripecia personal, digna del mayor encomio por lo que representa como forjador de un éxito individual indiscutible y por su inteligencia para lo que ha venido después. Que ha sido nada más y nada menos que construir un grupo de empresas donde se ha cultivado la excelencia profesional. En la que se ha fomentado el espíritu de equipo y no faltan los estímulos para fortalecer los recursos humanos. Esos son bagajes que distinguen y prestigian a los grandes empresarios. A los hombres que dejan profunda huella por saber cultivar la semilla que da frutos en forma de riqueza y trabajo. A ésa nómina empresarios ejemplares que hoy, ironías de la política, no están demasiado bien vistos, pertenece por derecho, obra y acción José González Fuentes, tocado por la varita mágica de los elegidos.