Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Los dislates de Garzón

24 de octubre de 2023

Que conste que me resisto a hablar de Garzón, un presunto ministro que se marchará como  llegó: sin trabajar, sin hacer nada útil y soltando una idiotez tras otra. Pero la actualidad manda y no queda otra que volver sobre las actuaciones de un tipo que ha hecho de su gestión ministerial un ejercicio esperpéntico, que ha buscado la notoriedad a base de hechos y declaraciones delirantes, impropias a todas luces de su responsabilidad política que es, irresponsable.

Lo último de Garzón, su despedida y puerta grande con las orejas de burro como fiel aditamento por una labor nefasta, ha sido su informe de Prevalencia de Juego en el que se asegura que "del conjunto de población que va de 18 a 25 años, aproximadamente el 12%, tiene síntomas de trastorno de juego en sus diferentes modalidades. Lo que significa que alrededor de 250 jóvenes españoles tienen problemas de juego. ¿ Como se quedan ante el lanzamiento de tamaña barbaridad impropia de un departamento ministerial ?

Aproximadamente coincidiendo en el día en que Garzón difundía a los cuatro vientos una más de sus antológicas sandeces, propias de un besugo intelectual, se producía la respuesta sensata y rigurosa. El profesor Díaz Yañez declaraba en Valencia que "las tasas de juego problemático en España están, desde hace más de veinte años, entre las más bajas de Europa." La declaración está refrendada por informes sanitarios y estudios solventes.

A la vista de ésta, que confiemos sea la última burrada perpetrada por un ministro que ha degradado el cargo hasta extremos increíbles, esperemos que Garzón se vaya  pronto con viento fresco. Un tipo que ha hecho del juego el blanco de su incompetencia manifiesta, de sus escasas luces y de un sectarismo nunca disimulado y siempre aflorado por decisión propia. Es una vergüenza política que gentes de ésta calaña y de tan escasa formación alcancen la escala de ministro. Quizá porque España, como sucede en tantas ocasiones y más últimamente, es diferente. Y tanto.