Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

Nostalgias

13 de noviembre de 2023

¿ Es la nostalgia un error ? Puede que lo sea pero yo no renuncio a mis queridas nostalgias. Las que han llenado una buena parte de mi vida y a las que suelo volver con frecuencia para evocar páginas de un pasado fresco todavía en la memoria. Se recomienda vivir el presente y mirar al futuro y no digo que sea mala receta. Sin embargo, y quizás influido por lo que veo alrededor que no me gusta nada, suelo recrearme en la evocación de un tiempo ido que no tiene nada que ver con el de hoy. Ni en lo político, ni en lo social. Hay ocasiones de la cotidiana convivencia en la que me veo fuera de juego, sin excesivo encaje en una sociedad que me resulta extraña, muy alejada de mis esquemas mentales, de mi modo de entender la existencia, de mi forma de comportarme y relacionarme con la gente.  

Añoro la época de mi juventud y entrada en la madurez. Que no puedo negarlo fue de estrecheces en lo económico y doméstico pero que desprendía un halo de ilusión que en la actualidad no percibo en los jóvenes de hoy. Había entonces un código de valores en los que creíamos y practicábamos. Y tratábamos de ser fieles a los mismos en nuestras actuaciones y en nuestros gestos. Como no nadábamos en la abundancia, si no todo lo contrario, solíamos disfrutar con cualquier pequeño logro que, aunque fuera mínimo, solía colmarnos de gozo.

Gozamos ahora del don de la abundancia, del bien preciado de la libertad, del auge del feminismo y de la concienciación sobre la trascendencia del ecologismo. Hemos avanzado lo indecible en el ámbito tecnológico, en el aumento de la clase media, en la formación, que no educación del personal. Todo esto lo ratifico y aplaudo. Pero uno, que ya cogió en marcha el último tranvía para esperar la parada que pondrá punto y final al recorrido, continúa quedándose con sus nostalgias. Estampas de un ayer, pigmentadas por el color sepia de los años, donde la esencia de lo mínimo nos hacía soñar y dibujar castillos en el aire. Tuvimos sueños, la mayoría de los cuales no se hicieron realidad, pero valió la pena vivirlos porque sobre ellos edificamos nuestra querida memoria. Que Dios la mantenga vigente hasta el adiós.