Autor

DESDE LA AVENIDA Juan Ferrer

El cristal con que se mira

29 de julio de 2022

Me armo un lío con esto de la política y sus interpretaciones. Y reconozco que soy un ignorante, un paleto que no profundiza en las grandes cuestiones que preocupan a los españoles. Porque si me hubiera detenido a analizar los temas con rigor y alto sentido de la objetividad seguro que me habría percatado de que la palabra corrupción, o sea la acción o efecto de corromper, tiene una doble lectura, Cuando hablamos de la cosa pública hay corrupción que no admite tal calificativo por sus derivaciones sociales y su finalidad solidaria. Que exista de por medio dinero que se evapora sin saber la razón es algo sin importancia. Luego está lo corrupción probada que acusa de malversación de caudales y otras tropelías que sí es merecedora de cárcel con la tira de años de condena.

Citemos ejemplos ilustrativos. Si el periódico global, el primer diario de España, dedica 168 portadas con informaciones a cuatro columnas sobre media docena de trajes regalados a un presidente autonómico parece más que probado  que tras la cuantiosa dádiva hay diseñada una operación de envergadura para obtener pingues beneficios del gobierno que lidera el tipo de los trajes.  Este es, sin lugar a dudas, un ejercicio de corrupción grosera, alarmante por sus serias implicaciones políticas que hay que perseguir con saña hasta poner entre rejas al presidente pringado hasta las cejas y aquéllos que le siguen en su denigrante y asquerosa trayectoria corrupta.

Otro ejemplo. El mismo diario global de las 168 portadas titula: "Un Supremo dividido condena a fulano y mengano.” De entrada ya se cuestiona el fallo. Y es que resulta más que cuestionable. Se trata de casi 700 millones de euros utilizados para crear empleo, para salvar empresas,  para atender a los parados, para garantizar un salario a miles y miles de gentes desamparadas que no tienen que fichar ni ir al curro. Que por el camino se hayan despistado algunas docenas o cientos de milloncejos es una cuestión accesoria pues toda grandísima operación de ayuda al pueblo oprimido exige su peaje.

Aquí  tenemos dos casos diáfanos de corrupción terrible y condenable y de su otra cara: la de carácter solidario que merece disculpas y gratitud. En éste mundo traidor todo es según el cristal con que se mira. He dicho.