Hay que ponerle el título de Batallador porque el tío está en batallas diversas donde hay que pelear muy a fondo y enfrentarse a muy duros oponentes. Por una parte está en la defensa del territorio nacional, capitaneando la gran patronal del sector, y por otro lidera asociaciones en Andalucía y Madrid y pronto lo hará, si se cumplen las previsiones, en Cataluña. En la CEJ es el que más galones lleva en la bocamanga por ser el que más tiempo viene estando en el puente de mando y todo apunta a que está llamado a alcanzar la perpetuidad en el puesto y si no al tiempo.
Hablo, y supongo que hasta sobraban las pistas, de Fernando Luís Henar Pérez, el profesional avezado para el que la palabra bingo está indisolublemente ligada a su peripecia personal y laboral. Todavía no peina canas, o bien las disimula, pero lleva la tira de años metido de lleno en el negocio de las bolas y los cartones. En sus tiempos de CIRSA, de los que data nuestra relación y amistad sólida y duradera, comandó la división de bingos y abrió salas por medio mundo, identificándose plenamente con la actividad, sus peculiaridades, sus carencias y sus necesidades para el sostenimiento de los negocios y sus exigencias de futuro. A partir de ahí e inmerso de manera profunda en tareas asociativas de responsabilidad Henar y bingo son la misma cosa.
Fernando el Batallador es un tipo serio, analítico, que maneja bien los datos y los conceptos, que responde como interlocutor con argumentos y no suele perder ni el norte ni la compostura. Lleva el sector en la cabeza y un poco también en el corazón porque sabe ser agradecido. Es Fernando Luis Henar un nombre del bingo y para el bingo. Los hechos y la trayectoria profesional así lo acreditan.