Se ha producido un giro notable en la política valenciana respecto al juego. Así lo hicieron constar los representantes del bingo tras la última reunión celebrada con el máximo responsable, Rafael Beneyto, y Javier Ortega, de la que salieron con la promesa de poner en marcha el anhelado durante tanto tiempo bingo electrónico de sala que será una realidad a lo largo de 2023.
En la mesa redonda celebrada en Torremolinos, Rafael Beneyto declaró públicamente su compromiso, y por descontado el de su departamento, por apostar de manera decidida por el diálogo y la cooperación con el sector. Esta es sin duda una manifestación que pone de relieve una voluntad firme de trabajar junto a los empresarios para ir resolviendo los problemas pendientes y tratar de avanzar en las aspiraciones qua se vayan planteando.
Más allá de la materialización prevista sobre el Bingo electrónico, que hay que confiar no se enrede más de lo habitual en la siempre complicada tramitación administrativa, habló del canje previsto en la sustitución de máquinas y en la decisión de prohibir la comercialización de cualquier forma de juego en establecimientos no específicos de la actividad. Esta medida, matizó, se hacía a instancias del propio sector que denunciaba la intromisión de otros operadores en establecimientos de pública concurrencia.
A través de las palabras de Beneyto se desprende una clara voluntad por restablecer un diálogo fluido y constructivo con las asociaciones, que no ha sido una tónica habitual entre la Administración y sus administrados. El compromiso expresado lo confirma. Luego habrá que pasar de las palabras a los hechos. Del lenguaje preelectoral a la prueba incontestable. De las buenas intenciones al ir al grano. Demos tiempo al tiempo para poder opinar en consecuencia.