El juego privado trata desde hace años de trasladar a la opinión pública, a la calle, al ciudadano, su imagen real. La que responde a la realidad existente y está lejos de tópicos, manipulaciones y prejuicios. La que carga las tintas sobre un presunto lado oscuro del sector que es residual y en modo alguno común o definitorio.
En el marco de ésa voluntad expresada de contribuir a ofrecer una visión normalizada del juego privado hay largo camino por hacer y trabajo que realizar. Y en paralelo a iniciativas de esta naturaleza no estaría de más el buscar el concurso de otras miradas y otras voces para que comenten, opinen y aporten sus ideas y argumentos sobre la actividad.
Anualmente se organizan una lista de eventos alrededor del juego. Se suceden los congresos, ferias, mesas redondas y análisis de situaciones y coyunturas. Y en sus debates o exposiciones suelen repetirse con excesiva frecuencia idénticos participantes. Empresarios, políticos y profesionales de la industria o vinculados a ella suelen subir a las tribunas en una ocasión sí y en la otra también. Y por ello no estaría de más que a extramuros del sector se abrieran las puertas a otros participantes, por supuesto de prestigio probado y talla suficiente, para que abordaran la cuestión relativa al juego desde otra perspectiva, lo que permitiría conocer de primera mano puntos de vista distintos sobre la posición de la sociedad respecto a la actividad y sus tratamientos.
Si lo que se pretende es que algo cambie en la percepción social del juego será cuestión de abrir puertas y ventanas para que entre aire nuevo, otras miradas, otras voces. Y nos enteremos de que piensan sobre la industria personas no contaminadas por ideología o tópicos sobre la imagen del juego y sus posibles correcciones.