El bingo de Galicia es junto a Cataluña el más castigado fiscalmente de España. Un 50% sobre el wín es una carga tributaria brutal que asfixia a los negocios del sector y los condena a las estrecheces económicas y al cierre de salas como ha venido sucediendo.
En lo concerniente a Galicia la noticia anuncia que el panorama cambiará en 2023. Ha costado lo suyo pero el bingo gallego tendrá un cierto respiro a partir del próximo año. No el que hubiera sido de desear pero sí el que permitirá un desahogo a las salas que pasarán del 50% actual al 30%. Un porcentage que seguirá estando entre los medio altos del sector y que está subordinado a que las empresas garanticen el mantenimiento del empleo como requisito indispensable para beneficiarse de la rebaja.
Que duda cabe que la decisión de la Xunta de Galicia tendría que haberse producido mucho tiempo atrás. Que ha faltado sensibilidad política y visión objetiva para caer en la cuenta de que la actual tributación ha llevado al empresariado a la depresión económica y acabado con negocios y empleos. Tendría que haber caído en la cuenta de que todo lo que esté por encima del 15% de tributación es condenar al bingo e invitar a la no asistencia al público que lo frecuenta. No obstante a partir de 2023 se abre por fin un nuevo escenario para el bingo de Galicia que es de esperar vaya mejorando para el bien del sector y de la propia Xunta. Que así sea.